martes, 29 de noviembre de 2011

Albarracín. Teruel.

 Alfonso I el Batallador en 1122 dona a su vasallo Céntulo de Bigorra en Morláns de Sancta Maria de Albarracin El obispo de Zaragoza obtiene mediante privilegio de Ramiro II, expedido en 1134, las iglesias que correspondían a su diócesis, según la demarcación efectuada por Wamba durante el período visigodo, entre las que se incluía Albarracín. Donación refrendada por Alfonso VII de Castilla, Ramón Berenguer IV (1158) y Alfonso II (1170),


El señorío de los Azagra de 1170 a 1260.

Azagra, localidad navarra cercana a Calahorra. En la margen izquierda del río Ebro.

La independencia del señorío de Albarracín bajo la tutela del caballero navarro Pedro Ruiz de Azagra –hijo del fundador del linaje, don Rodrigo, señor de Alcanadre en 1140, está atestiguada desde 1170. Se atribuye a la donación de la ciudad efectuada por el rey de Murcia Muhammad ben Mardanis, alias Lobo, en pago de los servicios prestados en la campaña de Granada  de 1162.

Albarracín es por el contrario fruto de una acción político-militar de Navarra en tierras del rey Lobo, en virtud del tratado de Sangüesa, firmado el 19 de diciembre de 1168, entre Sancho VI el Sabio de Navarra y Alfonso II de Aragón, dando potestad al primero para conquistar este emplazamiento, hecho que se produjo en 1170. 

Pedro Ruiz de Azagra  hereda en 1157 los señoríos de Estella, Gallipienzo y luego Tudela, una vez fallecido su padr. Fortifica la ciudad y trae consigo pobladores navarros resistiendo con éxito la ofensiva conjunta castellano-aragonesa en enero de 1186. Alfonso II intentó atraerlo a su órbita nombrándole en 1177 señor de Daroca, tras ver truncados sus intentos de expansión hacia Cuenca ya que Alfonso VIII termina la conquista Cuenca  en 1178.


 En 1172 se crea el obispado de Albarracín al que se une Segorbe en 1248, vinculado al obispado toledano.

Es su II Señor el hermano de Pedro,  Fernando Ruiz de Azagra, entre 1186 y 1196, señor de Daroca, Calatayud, Estella y Arlucena, y fiel vasallo de Alfonso II de Aragón. Antes de su muerte encomendó la tutela del señorío durante la minoridad de su primogénito, Pedro Fernández de Azagra (1196-1246), que contaba cuatro años de edad, a la Orden de Santiago. Se le atribuye la primera redacción de los fueros de la ciudad. Cuando Jaime I organiza la conquista de Valencia le acompaña en la hueste aragonesa. A su muerte deja como heredero de Albarracín y Santa Eulalia a su primogénito don Álvaro Pérez de Azagra (1246-60), IV señor de Albarracín y de Santa Eulalia, Chelva, Tuesa y Altura. Casa con Inés de Navarra- enterrados en el Monasterio de Piedra–, hija del rey Teobaldo I de Navarra.

Concede tres nuevos fueros a Albarracín. –los relativos a la supresión del monedaje, la retribución de los alcaldes y el juramento del ordenamiento foral por los señores- aparece la figura jurídica de la Comunidad de Aldeas y la presencia de sesmeros-. En 1255 Jaime I concede el privilegio, ratificado en 1262, por el cual tanto los ganado como las mercancías de Albarracín podían transitar libremente por Aragón, eximiéndoles de peaje y lezda.

Entre 1260 y 1284 esta el señorío en la casa de Lara. Teresa Álvarez de Azagra, hija y heredera de don Álvaro –que tuvo otra hija menor, llamada Elisa–, casó con el poderoso señor de la Casa castellana de Lara, señores   de Moya y Cañete,  Juan Núñez de Lara, el Mayor, que vino así a ser el V señor de Albarracín  entre 1260 y 1284. Él Señorío cae en la órbita de influencia castellana, de donde llegaron nuevos pobladores que incrementan las relaciones económicos con Cuenca, en especial en el ámbito ganadero. Son 2,5 los maravedíes tributados por los dueños de rebaños superiores a cuatrocientas ovejas.

En la nueva guerra castellano aragonesa, Pedro III de Aragón se apodera de Albarracín, rindiéndola por hambre. Muerto el rey aragonés, Albarracín recupera su independencia y es dada a Inés Zapata, de la que había tenido un hijo natural Pedro III: el infante Fernando, que pasó a ser su nuevo señor. Transitoriamente es recuperada la ciudad por Alfonso III, mediante unos pactos con su hermanastro, para devolverla efímeramente a Juan Núñez de Lara, el Mozo, -hijo de el Mayor –que consiguió, desde su exilio en Francia, que su hijo casara con una hija de la reina María de Molina, pasando a ser señor de Molina de Aragón. 

Jaime II incorporará en 1300 el señorío de Albarracín a la Corona de Aragón, dotando a Albarracín del título de ciudad y del segundo lugar en las Cortes del Reino, tomando asiento tras los representantes de Huesca. 

Alfonso IV de Aragón casa con la infanta  Leonor de Castilla, hermana de Alfonso XI de Castilla, para evitar nuevos enfrentamientos, entregándole lacplaza en dote. En 1320 nace el infante Fernando  que pasó a ser su nuevo soberano. Leonor de Castilla, viuda  y temiendo las represalias del heredero al trono aragonés, Pedro IV, se refugió en la ciudad junto con su hijo. 

Pedro IV el Ceremonioso apoya al bastardo Enrique de Trastámara, aspirante al trono de Pedro I el Cruel de Castilla, lo que provocó que éste último invadiera en 1356 tierras aragonesas –muchas de las aldeas albarracenses fueron arrasadas y sus hombres hechos prisioneros– y valencianas. 

Sólo en 1379 Pedro IV  ya de  edad avanzada, logró incorporar la ciudad y su Comunidad a la Corona de Aragón, recibiendo el homenaje de fidelidad de sus habitantes y jurando sus fueros. 

En Albarracín hubo una población primitiva, romana e hispano-goda, de escaso número. Es verosímil que, a la llegada de los ejércitos musulmanes, existiera un núcleo de población organizado en torno a una iglesia o próximo a una ermita, dedicado al culto de Santa María.

La conquista musulmana de Albarracín y Teruel debió realizarse arrancando de Calatayud y siguiendo el curso del Jiloca.  Los cristianos de Santa María se quedaron.

De entre las familias musulmanas se distingue la de los Beni Razín desde el siglo X. La Sahla o Santa María de Levante sería un pequeño señorío vasallo al Califato. El siglo XI es el siglo de la ruina del Califato y del nacimiento, esplendor y muerte de las Taifas. Santa María fue la sede del gobierno del señorío independiente o reino de taifas de la Sahla donde siguen los Beni Razín. El alcázar y la Torre del Andador son levantadas o reconstruidas a fines del siglo X o a principios del XI.

Durante el reinado de Fernando I de Castilla los reinos de taifas  de  Badajoz, Sevilla, Toledo y Zaragoza aceptaron pagar parias al rey castellano. El señorío de los Beni Razín se salvó gracias a su posición estratégica y bien defendida por la naturaleza.

La Sahla no pudo dejar de entrar en guerra con los cristianos tras la toma de Toledo y quedaría ligada a los acontecimientos que se desarrollaron en el Levante con la intervención del Cid, primero, y con la de los almorávides, después.

El señor de Santa María se apresuró a prestar testimonio de vasallaje al Cid. Los alcaldes de los castillos pertenecientes a Aben Razín suministrarían al castellano los víveres que éste necesitara para su avituallamiento y comprarían lo que el Cid les ofreciera, procedente del botín que viniera a sus manos. Por su parte, el Campeador respetaría los dominios del señor de Santa María. No sabemos por qué razón el señor de la Sahla, mientras el Cid sitiaba a Valencia, quebrantó los pactos de vasallaje y se negó a pagar el tributo correspondiente al caballero castellano. Posiblemente había entrado en contacto con los almorávides. En los  meses de agosto, septiembre y octubre de 1093 las mesnadas del Cid se extendieron por las tierras de Albarracín, destruyendo, talando panes, apoderándose de toda clase de ganado y haciendo numerosos cautivos. Doce jinetes del señor de Santa María le sorprendieron cuando estaba con cinco de los suyos y en la refriega, aunque aquéllos tuvieron que escapar al galope, hirieron de gravedad al Cid de una lanzada en el cuello, de la que tardó algún tiempo en curar. Como consecuencia de esta campaña, Aben Razín, escarmentado, volvería, sin duda, a pagar tributo a Rodrigo y seguiría unido a él mediante un nuevo pacto de vasallaje. Queda en la duda si el señor de Albarracín ayudó al Cid con suministros en la toma de Valencia. Después de la toma de Valencia el señor de Albarracín se separó de nuevo del Cid y entró, al parecer, en contacto con los almorávides. En junio de 1098 el Cid ocupaba Murviedro, que quedaba desgajado de Santa María.

El Cid muere el 10 de julio de 1099 y el avance de los almorávides se torna imparable. Los reinos de taifas, excepto el de Santa María de Aben Razín y el de Zaragoza, habían sido borrados del mapa político de la España musulmana por los ejércitos almorávides. Pero en 1104 se asienta una pequeña guarnición almorávide que debió gobernar la fortaleza

Entre 1104 y 1170 que son los años entre la caída de los Beni Razín y la constitución del señorío cristiano de los Azagra de Navarra poco se sabe de Albarracín.

PEDRO RUIZ DE AZAGRA, I SEÑOR DE ALBARRACÍN.

Según la tradición, el Señorío independiente de Albarracín nació por concesión expresa del rey musulmán de Murcia, Muhammad Ben Mardanis, el Rey Lobo. Pero difícil era sostener la lejana y fuerte plaza de Albarracín y era mejor darla a un señor navarro, amigo del rey Sancho el Sabio, con el que tuvo directos tratos en 1161 y con el cual no tenía fronteras. Albarracín pasó a ser cabeza de un Estado cristiano independiente, creado por un rey moro para ayudarse en su hábil política. Ben Mardanis debió concebir la creación de un Estado cristiano en Albarracín al entregarlo a un valeroso señor navarro, fuertemente conectado con Navarra, donde era señor de Estella y Tudela, 

El Rey Lobo dio Albarracín a Pedro Ruiz de Azagra seguramente para crear dificultades entre los reinos cristianos, dejando un problema político a sus espaldas, además de pagar así sus servicios a un caballero navarro y atraerse otros mesnaderos navarros a sus ejércitos mercenarios, en los cuales fiaba y de los que dependía su poder.

Pero, Albarracín pudo nacer como una conquista o, al menos, como una acción político-militar de Navarra en tierras del Rey Lobo, de Murcia, en virtud del tratado hecho en Sangüesa el 19 de diciembre de 1168 entre Sancho VI el Sabio de Navarra y Alfonso II de Aragón, contra el Rey Lobo. A consecuencia de este tratado Navarra pudo conquistar Albarracín en 1170 y constituir su señorío independiente. Pedro Ruiz de Azagra, el cual inventaría más tarde la fábula de que le había entregado la plaza directamente el Rey Lobo, para sostener mejor sus derechos en ella frente a Castilla y Aragón.

Alfonso II y Sancho el Sabio acuerdan repartirse las conquistas que cualquiera de ellos hiciera en tierras del rey Lobo y, en general, en tierras sarracenas. La alianza se hacía por veinte años y sería continuada por sus herederos si alguno de los reyes moría antes del plazo. Navarra, que no tenía fronteras con los moros, nada podía perder con la hostilidad del rey moro, pero las ganancias que obtuviera, difícilmente podría conservarlas sin la amistad de Aragón. 

La constitución del señorío de Albarracín por Pedro Ruiz de Azagra comienza en 1170 y puede ser consecuencia del pacto de 1168. Pedro Ruiz de Azagra siguió por muchos años siendo vasallo del rey de Navarra por su tenencia de Estella, lo que prueba que si el señorío de Albarracín se estableció contra la voluntad de Aragón, primero, y luego contra Aragón y Castilla, desde el primer momento encontró apoyo en el rey de Navarra.

Los padres de  Pedro Ruiz de Azagra fueron  Rodrigo Pérez de Azagra, fallecido en 1156, y Toda López de Alagón. Tuvieron cinco hijos:  Pedro, García, Martín, Rodrigo y Fernando. Se encuentra el nombre de Gonzalo como el mayor que muere en 1172.

Pedro desde el año 1157 en que al parecer, muerto su padre, hereda los señoríos de Estella, Gallipienzo y luego Tudela, los cuales tiene por el rey de Navarra Sancho VI el Sabio.

De los  servicios del I señor de Albarracín al Rey Lobo nada se sabe documentalmente. Está documentado que siguiendo la política de su padre pasó al servicio de Alfonso VIII de Castilla, donde debía tener algunos heredamientos ganados por  Rodrigo Pérez de Azagra bajo Alfonso VII. En 1166 está en la Corte de Alfonso VIII, y recibe diversas casas de Toledo como merced. Todavía seguía en aquélla corte, pues el 7 de las calendas de diciembre de 1167 recibe en donación de Alfonso VIII la villa de Mocejón de la Calzada. Tal vez estando al servicio del Rey castellano, niño menor de edad entonces, pero en cuya política giró muchas veces Don Pedro Ruiz de Azagra, como veremos, pasaría al servicio del Rey Lobo de Murcia, en cuyas actividades por Levante interviene. Estando a su servicio, la tradición dice que le cedió la ciudad y Señorío de Albarracín. Don Pedro trajo pobladores de Navarra.

Pedro Ruiz de Azagra defendió el señorío de Albarracín sin reconocer vasallaje a los reyes de Castilla y Aragón.


El 16 de noviembre de 1186 muere el I señor de Albarracín. No se sabe cómo ni donde murió, ni el lugar donde está enterrado. El heredero resultó ser su hermano Fernando Ruiz de Azagra, fiel vasallo del rey de Aragón. 


El I señor de Albarracín casa con Toda Pérez de Arazuri. Padres de Toda que muere en 1216 y había casado con  Atón Orelya "Atorella Ortíz", hijo de Pedro Ortíz y Elfa de Moncada. Son Toda y Atón padres de Pedro que casa con Beatriz castella y Llanzol de quien vienen los condes de Concentaina en 1457, de apellido Llanzol de Romaní. Viuda casa Toda con Diego López de Haro el Bueno, 1140- 1214,  V señor de Vizcaya, casado primero con Maria Manrique de Lara. Con entronques de los hijos de los dos matrimonios del V señor de Vizcaya con las Casas de Castilla y León.

FERNANDO RUIZ DE AZAGRA, II SEÑOR DE ALBARRACÍN entre 1186 y 1196.  Parece que murió el 14 de junio de 1196, dejando como tutor de su joven hijo legítimo, Pedro Fernández de Azagra, a la orden de Santiago, donde era caballero su hijo bastardo llamado también Pedro Fernández.


PEDRO FERNÁNDEZ DE AZAGRA, III SEÑOR DE ALBARRACÍN entre 1196 y 1246.


Fue muy fuerte la influencia de Castilla, no sólo por el hecho de ser castellanas la Orden de Santiago y su madre, Teresa Ibañez. Esta tuvo cuatro hijos y parece que vivió en Albarracín.


De 1196 a 1210 no se conserva ningún documento que nos hable de Albarracín. Durante estos años la ciudad y su territorio parecen depender de Castilla en lo político. No obstante, las relaciones con Pedro II de Aragón son buenas. Los Azagra, por concesión real, siguen poseyendo Santa Eulalia y Burbáguena, lugares que permanecerán en manos de la familia hasta 1292 en que, por compra, se incorporan a la comunidad de Teruel. El mayor peligro parece ser las tentativas de la Orden de Santiago para quedarse con la ciudad y su tierra.

En 1213 muere Pedro II y le sucede, con 6 años, Jaime I. El señor de Azagra intervino activamente en la agitada minoría de Jaime I de Aragón, convirtiéndose a lo largo de toda su vida en el más aragonés de todos los señores de Albarracín. Don Pedro estará durante años al servicio del rey y, en 1218, figura como Mayordomo Mayor del Reino, la dignidad mayor de la corte. A partir de 1219 no aparece en los documentos reales y su influencia en la corte debe palidecer. Hacia 1223 parece que las relaciones entre el rey y Azagra se han normalizado de nuevo, y Don Pedro está de nuevo metido en las intrigas que caracterizan la minoría de Jaime I.


Don Pedro vivió poco en Albarracín y parece que dejó el gobierno a sus oficiales y también a su madre y a su mujer. En noviembre de 1227 redacta, en Albarracín, su primer testamento.


Pedro Fernández de Azagra iba en la hueste aragonesa que en mayo de 1233 se dirigía hacia Valencia. Participó activamente en las campañas para conquistar el reino de Valencia y mostró actitudes levantiscas tras la conquista. Se encuentra entre los nobles descontentos con las favorables capitulaciones concedidas a los derrotados moros de Valencia y participa en las disputas en torno al reparto de los bienes de los moros. Así mismo, fue uno de los nobles descontentos con el rey por no conceder el fuero de Aragón a las nuevas tierras.

Muere en 1246 y deja como heredero de Albarracín y Santa Eulalia a su hijo mayor don Álvaro. Don Pedro fue el que dio el fuero a Albarracín.

ÁLVARO PÉREZ DE AZAGRA, IV SEÑOR DE ALBARRACÍN entre 1246 y 1260.

No se sabe con seguridad cuándo ni dónde nació. Se tienen muy pocas noticias sobre su vida. No jugó un papel activo en la política aragonesa hasta 1253. Tanto él como su mujer dispusieron que se les enterrase en el Monasterio de Piedra.

El rey de Navarra muere dejando dos hijos menores.  La reina viuda optó por aliarse con Jaime I para evitar el acoso castellano. El señor de Albarracín era yerno de la reina viuda y jugó un papel en estos acuerdos y al lado del rey de Aragón. A partir de 1257 parece que las relaciones entre don Álvaro y Jaime I quedan rotas. Don Álvaro se retiró a Albarracín hasta su muerte, como atestiguan varios actos realizados, entre ellos la concesión de algunos fueros.

Don Álvaro se casó con la infanta navarra doña Inés, y tuvo dos hijas: doña Teresa y doña Elisa.

JUAN NÚÑEZ DE LARA, señor de Albarracín de 1260 a 1284. Muere en 1294.

Álvaro Pérez de Azagra tuvo dos hijas, Teresa y Elvira, la primera de las cuales le sucede, con unos 16 años, y está casada con Juan Núñez de Lara, castellano, que será el encargado del gobierno. El influjo del nuevo señor hizo que Albarracín girará en torno a la influencia castellana. Durante estos años llegaron pobladores de la zona de Castilla. El de Lara poseía en Castilla la zona de Cuenca lindante con la sierra, lo que también propiciaba unas más fáciles relaciones económicas, sobre todo en el ámbito ganadero.

Juan Nuñez de Lara parte en 1270 para la cruzada contra los infieles de Túnez, en la cual participó San Luis de Francia. En 1273 está ya de vuelta en Albarracín.

A partir de 1275 se le ve aparecer en las querellas políticas de Castilla en tiempos de Alfonso X el Sabio. A la muerte de Fernando de la Cerda, hijo mayor de Alfonso X, se entabla la lucha entre los partidarios de don Sancho, hijo segundo de Alfonso X, y don Alfonso de la Cerda, hijo de don Fernando de la Cerda. Juan Nuñez apoyó a don Alfonso de la Cerda. 

En junio de 1283 Pedro III de Aragón emprende una acción militar contra don Juan Nuñez. Pedro III puso cerco a Albarracín en abril de 1284, el cual concluye con la toma de la ciudad a comienzos de septiembre. El rey puso Albarracín en manos de su hijo bastardo don Fernando.

En el año 1300 recibió el título de ciudad. 

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