jueves, 26 de junio de 2008

Albarracín. Panorámicas. Teruel.








Se encuentra situada cerca de la antigua ciudad romana de Lobetum. Los árabes llamaron al lugar Alcartam, pasando a denominarse más tarde como Aben Razin. La familia berebere Al-Banu-Razín, hizo de estas tierras un pequeño reino taifa. De esta familia le viene el nombre actual: los hijos de Razín. Otros opinan que el término "Albarracín" se derivaría del celta alb, 'montaña', y ragin, 'viña', 'uva' o del antropónimo Razin. El casco antiguo se encuentra construido sobre las faldas de una montaña, rodeada en casi su totalidad por el río Guadalaviar, luego Turia en tierras valencianas.

Al norte se encuentra la sierra de Albarracín y al sur los Montes Universales. Sus construcciones hechas con la característica arenisca roja de Teruel, piedra rodena, dan un valor añadido a la arquitectura popular de Albarracín.
En la Edad de Hierro estuvo habitada por la tribu celta de los lobetanos. Se han encontrado importantes pinturas rupestres de esa época en el pinar del Rodeno. Durante la época romana se llamó, al parecer, Lovetum, y en tiempos de los visigodos, Santa María de Oriente.
En tiempos de los musulmanes en España, la pequeña taifa de Albarracín pasó posteriormente, por cesión o conquista, a la familia cristiana de linaje navarro de los Azagra, que mantendrán de facto la independencia de Castilla y de Aragón desde 1170, llegando a crear un obispado propio.

La primera noticia que tenemos de lo que sería Albarracin es del castillo de Santa María de Poniente. En él viviría Meurán ben Razín, como jefe militar de Abderramán III. Hudail Abdel Melic, “El hijo del calvo” es el primer señor de Albarracín rebelde al poder central del Califa Hixem II entre 1010 y 1011. Comenzó una etapa de prosperidad cuyo reflejo más visible sería la torre del Andador. La ciudad se pasó a llamar de Santa María de Aben Razín, y fue, junto a su zona de influencia, uno más de los reinos taifas de la península, junto con Zaragoza, Lérida, Tortosa, Alpuente, Murviedro, Valencia, Denia, Almería, Murcia, Badajoz y Sevilla.
Rodrigo de Vivar, en su ruta hacia Valencia, se reúne con éste rey taifa haciéndolo tributario. Esta buena relación se rompe en 1093 cuando el moro propone al rey de Aragón encargarse, dejando al Cid aparte, de la conquista de Valencia. El castellano ocupa la sierra de Albarracín y vuelve a hacerle pagar tributo. En la lucha por la toma de Valencia, el señor de Albarracín toma partido por los Almorávides, en contra del Cid, siendo derrotado por sus tropas en Quart. En 1103 muere el primer soberano de Albarracín. Yahia, su hijo, le sucede cuando ya los almorávides dominan España. A pesar de su teórica independencia, Albarracín pasa a ser un distrito de Valencia, llegando las tropas almorávides a ocupar Albarracín en 1104, y quedando a
partir de entonces bajo el gobierno de una guarnición militar. Los descendientes de los Beni Razín se fueron posiblemente a Valencia. Así permaneció hasta que Mohamed Ben Mardanis, el rey Lobo, señor de todo Levante, lo traspasara en circunstancias poco claras en 1170 a Pedro Ruiz de Azagra. Don Pedro era señor de Estella desde 1157. Participó en la toma de Cuenca y fue nombrado señor de Daroca por Alfonso II y traspasó el señorío de Estella a su hermano para vincularse a sus nuevos estados, a los que se unió, desde los primeros momentos, la sede episcopal. Del segundo señor soberano, don Fernando Ruiz de Azagra,1186-1196, hermano de don Pedro, y también señor de Daroca y Calatayud, de Estella y Arlucena, poco sabemos. Sólo que en 1193 cedió el señorío a la orden de Santiago, y finalmente a su hijo Pedro, de tres años, aunque bajo la tutela de la orden. A don Pedro Fernández de Azagra le atribuye la tradición la primera redacción de los Fueros de la ciudad. A su muerte, el testamento divide varias de las conquistas entre sus hijos. El cuarto señor de Albarracín, don Alvar Pérez de Azagra también lo fue de Santa Eulalia, Chelva, Tuesa y Altura. Añadió tres fueros a los dados por su padre. Su sucesora fue una mujer, Teresa Álvarez de Azagra, casada con Juan Núñez, jefe de la
casa castellana de Lara en 126o
; recordar que la ciudad de Molina, señorío de los Lara, no está muy lejos. Los Lara eran en el siglo XIII una de las familias más poderosas e influyentes de
Castilla. Juan Núñez tuvo una vida muy complicada y casi todo le salió mal, llegando a perder el señorío de Albarracín. Consiguió que su hijo del mismo nombre casara con una hija de la reina María de Molina, pasando a ser señor de Molina de Aragón. Este hijo, Juan Núñez II, intentó recuperar Albarracín, aunque sin éxito. Jaime II incorpora Albarracín a la Corona en el año 1300 con el título de ciudad.
Tras el fracaso de conquista por parte de Jaime I en 1220, es Pedro III de Aragón quien la conquista en 1285, pasando definitivamente a la Corona de Aragón en 1300. Esta serie de hechos políticos tuvieron como base la importancia de la fortaleza y del sistema defensivo de Albarracín. Fue una antigua sede episcopal hasta que, tras la reconquista de Segorbe por Jaime I el Conquistador, se trasladó a esta ciudad de la provincia de Castellón.































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